La Creatividad en los años adultos

                              Howard Gardner*

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    Los individuos continúan desarrollándose durante toda su vida. Los aportes de un Charles Darwin, un Pablo Picasso o una Katharina Hepburn sin duda se fueron profundizando en las décadas posteriores a la adolescencia. pero hasta hace muy poco, los psicólogos que estudian el desarrollo humano se han centrado casi exclusivamente en el período de la vida anterior a los veinte años de edad. Lo que es más, las formas de evaluación en que han basado sus estudios casi siempre consisten en tareas breves - aprender listas de palabras, resolver un laberinto - que se pueden salvar en cuestión de minutos (y que se olvidam con aun mayor rapidez). Hasta el más ilustre psicólogo del desarrollo de nuestros tiempos, Jean Piaget, no tuvo nada que decir sobre la vida mental en los años adultos, y muy poco acerca de los logros que se van dando en el transcurso de los años. En efecto, cuando Howard Gruber, discípulo de Piaget, le comentó su deseo de estudiar la creatividad, el maestro le respondió con escepticismo, aunque no sin cierta simpatía: "Lo abarca todo".

    Ahora, sin embargo, inspirados por el ejemplo científico de Piaget, Gruber y sus alunos han procedido a examinar los logros creativos de importancia durante los años adultos. Gruber, psicólogo de la Universidade Rutgers. dedicó diez años a estudiar la creatividad emergente de Charles Darwin y luego escribió un libro que resultó premiado: Darwin on Man. Mientras que otros psicólogos que se preocuparon de la creatividad se habían limitado a diseñar testes sencillos que aplicaron a distintos grupos de sujetos, Gruber, en cambio, estudió minuciosamente una serie de cuadernos que había llevado Darwin entre 1837 y 1839, el período normalmente considerado como aquel en que el teórico de la evolución efectuó sus descubrimientos más fecundos.

    Se puede vislumbrar el espíritu de Piaget en la descripción que hace Gruber del método de trabajo de Darwin. En contradicción con la visión convencional de la creatividad como un processo místico e irracional, Darwin no experimentó ningún arranque súbito de inspiración, ningún pensamiento o teoría totalmente novedosos.    En cambio, confeccion[o interminables listas de pensamientos, imágines, interrogantes, sueños, esquemas, comentarios, argumentos y notas que se dirigió a sí mesmo, y que organizó y reorganizó continuamente. Todo esto era parte de un esfuerzo descomunal por comprender el modo en quee los processos vitales han engendrado la pléyade de especies vegetales y animales que existen en el mundo natural. En sus cuadernos, Darwin introducía temas claves, los analizaba y a veces los abandonaba sólo para retomarlos más adelante. Ciertas introvisiones cruciales eran anticipadas en anotaciones previas, y ocasionalmente se las descubría dos veces. Se puede incluso  estimar el ritmo de la atividad creativa: mientras que los individuos normales tienen quizá una revelación mental por semana, Darwin, que trabajaba incansablemente en sus proyectos, parece haberlas tenido a diário.

    Según la opinión de Gruber, el estudioso de la creatividad debe reconstruir la vida mental del individuo creativo en diiversos puntos del desarrollo de su obra. No se pueden enfocar directamente fragmentos aislados de esta vida mental en evolución, ni siquiera en el caso de un creador tan propenso a escribir como Darwin. "En sus cuadernos de notas", informa Gruber, "las ideas se atropellan unas a otras de una manera aparentemtnecaótica. El orden subyacente es algo a construir, no a observar". En consecuencia, el teórico de la creatividade tiene que identificar ciertos motivos recurrentes - en el caso de Darwin, temas tales como los orígenes, las variaciones, la supervivencia, la seleción natural y la herancia - y producir una serie de "mapas cognitivos" que capten la perspectiva que tiene el pensador de su proyecto en diversos puntos de la evolución de éste.

    Después de sus expediciones al interior de la mente de Charles Darwin, Gruber pasó a otra personalidad igualmente fascinante del campo de la ciencia: su propio maestro, Jean Piaget. En la actualidad, está dedicado a efectuar un estudio global del desarrollo de las ideas de Piaget, en el que se examinará no sólo la formidable trayetoria intelectual del proprio Piaget sino también los trabajos que realizó en colaboración con un enorme número de estudiosos durante un período de más de sesenta años. Además, Gruber ha inspirado a colegas y compañeros de trabajo a emprender estudios intensivos de otros individuos creativos, tanto en el dominio de las artes como en el de las cencias, y como resultado de estos esfuerzos actualmente se pueden brindar algunas generalizaciones incipientes sobre la vida creativa.

    Gruber considera que la persona "pensante total" encierra una cantidad de subsistemas en interacción. Uno de esos subsistemas implica la organización del conocimiento. La persona creativa busca relacionar diversas facetas y teorías que se encuentran dispersas en su campo de interés, a efectos de encontrar una síntesis coherente y completa. Lo que es más, el individuo creativo normalmente produce una red de actividades, un complejo de búsquedas que atrapa su curiosidad  durante largos períodos. Estas actividades suelen basarse una en otra y dar lugar a una vida creativa increiblemente dinámica. Cuando cambia su foco de interés, el individuo atenderá específicamente a ciertas clases de información y de manera consciente dejará otras de lado. Es capaz de acotar problemas que conduzcan a callejones sin salidas, o incluso de "destruir problemas" que amenacen apartalo demasiado de la red de hipótesis que ha escogido. Pero en el largo plazo, se puede prever que el individuo creativo retornará a los principales nudos de su red de actividades a efectos de construir el sistema más completo que sea posible.

    Además de este cúmulo de actividades, el indivíduo creativo también persigue una serie de metáforas dominantes (o es perseguido por ellas). Estas figuras son imágenes de amplo alcance, ricas y susceptibles de ser exploradas con bastante profundidad, que muestran al investigador algunos aspectos de ciertos fenómenos que de otro modo quizá le resultaran invisibiles. Muchas veces, la clave de las innovaciones más importantes del individuo son inherentes a estas imágenes. En el caso de Darwin, la metáfora más fecunda fue la del árbol ramificado de la evolución, sobre el cual pudo trazar el ascenso y el destino de distintas especies. Sin embargo, durante diversos períodos también concibió a la naturaliza como un bosque enmarañado, a los órganos físicos como invenciones o artificios, y a la selección natural como una enorme cantidad de cuñas tratando de introducir a la fuerza ciertas estruturas adaptadas dentro de las brechas de la naturaleza.

    Los alumnos de Gruber han descubierto otras de estas metáforas de amplo alcance. Según Jefrrey Osowski, de la Universidade Rutger, Wiliam James tendía a representarse los procesos mentales como una corriente de agua, más que en términos de las imágines asociadas a un tren o a una cadena. Martha Moore Russell, del Servicio de Evaluación Educativa, opina que todo análisis de Jonh Locke debe tomar en cuenta su imagen del  halconero, que al dejar volar al pájaro simbolizava la búsqueda del conocimiento humano. Por último, para transmitir su propio punto de vista sobre el proceso creativo, Gruber gusta de recurrir a la imagen mosaica del arbusto que siempre arde pero nunca se consume.

    Otro sistema que opera en la persona "total" es el referido al propósito de la guía. La búsqueda del individuo no se puede considerar un mero reflejo de ciertas motivaciones inconscientes o de elecciones casuales de carreras. Por el contrario, el creador está animado por una serie de problemas y proyectos conscientes que se propone verificar con regularidad y llevar a cabo hasta completarlos en forma satisfactoria. El individuo determina qué capacidades necessita a efectos de lograr sus propósitos y trabaja incansablemente para desarrollarlas y perfeccionarlas. En este processo, se va transformando hasta que lo que  sería difícil para otras personas se convierte en su segunda naturaleza. También puede sentir necesidad de descobrir nuevos grupos de pares que puedan brindarle enseñanzas acerca de los temas que le interesan, y deble tener fuerza necesaria para abandonar a estos colabordores (al menos profesionalmente) cuando se traslada a otro dominio de interés. 

    El sentido del propósito que tiene el individuo (su dirigirse hacia una meta) guía se elección de un conjunto determinado de iniciativas y le indica en cuáles centrarse en determinado momento, cuáles dejar de lado, cuándo desarrollar nuevas capacidades y cuándo apoyarse en las que ya ha adquirido y verificado. Como lo expresa Gruber, el individuo se asemeja a un prestidigitador con muy buena coordinación, que es capaz de guardar una cantidad de objetos en la mente (o en la mano) en un preciso momento y a quien realmente le complace su capacidad de llevar a cabo tal proeza de prestidigitación, aunque lo fundamental siempre siga siendo la meta de crear nuevos objetos o efectuar nuevos descubrimientos. 

    Un sistema total deriva de la vida afectiva del creador. El creador experimenta un vínculo fuerte, casi primordial, con los objetos de su curiosidad. Einstein, Darwin, Piaget, todos ellos sintieron una especial intimidad con el mundo natural. En cada caso, un diálogo amoroso con la naturaleza, que se remonta a la niñez, se transformó en una aventura científica. El individuo creativo llega a amar su trabajo; de hecho, no puede vivir sin él. Y la clase de placer que extrae de efectuar descubrimientos científicos, resolve un enigma de la naturaleza o completar una obra artística se puede comparar, seriamente, con el tipo de placer que obtiene la mayoría de los individuos del contacto sexual con alguien a quien aman.

    Gruber nos advierte sobre la dificultad y soledad que entraña toda iniciativa creadora. Pese al placer que extraen de su trabajo, los individuos creadores normalmente están embarcados en una aventura solitaria, en la que las posibilidades de fracasar son elevadas. Para recorrer este riesgoso camino, deben ser valientes y estar dispuestos a desviarse del rebaño, a irse solos, a enfrentar la vergüenza o incluso el abierto rechazo. Se requiere una constitución fuerte para andar solo en materia criativa, y hasta las personas más  innovadoras sienten a veces una intensa necesidad de contar con algún respaldo personal, comunitario o religioso.

    ¿Como se relaciona el enfoque sumamente original de Gruber con el de otros estudiosos de la creatividad? Una comparación evidente se puede estabelecer con el psicoanalista Erik Erikson, quien ha estudiado el desarrollo de algunos innovadores ideológicos - individuos como Mahatma Gandhi y Martín Lutero - que lograron presentar nuevas visiones del mundo. En muchos sentidos, los héroes de Erikson se asemejan a los de Gruber: son personas de enorme energía, cuyos mundos abarcaron numerosas actividades e intereses estrechamente interconectados. pero mientras que el enfoque de Gruber es en graan medida cognitivo, Erikson se centra en la motivación y el afecto. Este psicoanalista considera que los intereses societarios del individuo nascen de sus proprios conflictos personales y familiares. El inovador ideológico concibe una solución personal significativa que, en virtude de los intereses culturales generalizados de su época, llega a adquirir un profundo sentido para toda una población.  Si el enfoque de Erikson se puede o no conciliar con el de Gruber es algo que no se sabe, pero ambos hombres se destacan por su rechazo a las generalidades fáciles y por su total compromiso con los hechos y los temas propios de cada uno de los "casos" que examinan.

    Otra questión, de particular importancia para los seguidores de Piaget, radica en determinar si la verdadera calidad de los procesos creativos del pensamiento sufre alguna transformación después de la adolescencia. Según Piaget, el nível de pensamiento más elevado, al que llamó la etapa de las operaciones formales, se alcanza durante la adolescencia, y ai bien es posible que más adelante se realicen nuevos descubrimientos, la manera fundamental en que ocurre el pensamiento ya no se modificará, ni siquiera en el caso de un Darwin o un Einstein. Sin embargo, algunos estudiosos influidos por Piaget han planteado la existencia de una aptitud cognitiva adicional, la de encontrar problemas;  esta propensión, evidentemente crucial para quienes se embarcan en revoluciones científicas, sólo puede pasar a primer plano en períodos posteriores de la vida y parece ser cualitativamente diferente de las aptitudes lógicas descriptas por Piaget. La facultad de proponer problemas nuevos y decidir cuáles de ellos son más suceptibles de ser solucionados escapa al análisis estrictamente en  términos de las teorías de Piaget.

    Otro interrogante es el referido a la relación de los aportes creativos con la organización global de la vida mental y social de un individuo. ¿La creatividad es más factible durante ciertas fases de la vida (como las crisis de mediados de la vida descriptas por Daniel Levinson y Erik Erikson)? ¿La creatividad presupone el nivel más elevado de organización moral o de la personalidad, la clase de individuo autónomo y principista que describen los teóricos del desarollo. Lawrwnce, Kolberg, de Harvard, y Jane Loevinger, de la Universidad de Washington?¿Puede aparecer en forma inesperada en una persona por lo demás común y corriente, o debe ser parte de la trama de la vida de un individuo excepcional?

    La incidencia de la conducta creativa extrema es tan poco común que quiza sólo pueda ocurrir en circunstancias muy especiales. David Feldman, colega de Gruber en la Universidad Tufts, dice que es necesaria una "co-incidencia": esa conjunción de factores genéticos, familiares, motivacionales y culturales, todos los cuales deben estar presentes para que los esfuerzos de un Einstein, un Darwin o un Beethoven lleguen a concretarse. Tampoco es probable que un individuo creativo pudiera ser reemplazado por otro. Leonardo da Vinci no podría haber sido Darwin, Beethoven no podería haber sido Einstein. Por último, la aparición  de personas creativas (tal como las conocemos) quizá presuponga una determinada visión del individuo por parte de la cultura y de los mismos individuos. El individuo creativo posiblemente sea una invención de la sociedad posterior al Renacimiento en Occidente. Este tipo de persona excepcional quizá sea desconocido en quellas culturas que otoorgan una importancia mucho mayor a la adaptación a un modelo de conducta culturalmente aprobado. Y tal vez en nuestra propria cultura la época del héroe creativo esté quedando atrás.                                                                                                          

*Gardner, Howard. Arte, mente y cérebro - una aproximación cognitiva a la criatividad, Barcelona, Paidós, 1977. Capítulo 32.